Acorralado por las críticas y las protestas antiracistas que se vienen sucediendo en Estados Unidos, el presidente Donald Trump firmó hoy un decreto para reformar las prácticas policiales mientras mantiene "la ley y el orden".
Tras semanas de protestas contra el racismo y la brutalidad policial provocadas por la muerte de George Floyd, un afroamericano que falleció el 25 de mayo a manos de la policía en Mineápolis, Trump buscó dar una respuesta política al aumento de la preocupación sobre la discriminación racial, en camino a una elección en la que buscará un segundo mandato el 3 de noviembre próximo.
"Los estadounidenses quieren ley y orden, exigen ley y orden", afirmó Trump en una ceremonia en los jardines de la Casa Blanca antes de firmar el decreto.
El presidente republicano ofreció sus condolencias a las familias de las víctimas recientes de la policía y otros actos de violencia, y se comprometió a buscar justicia.
En sus comentarios públicos y en Twitter, Trump ha abogado por la represión de los manifestantes y defendió una respuesta de fuerza y militarizada ante la agitación social generada por la muerte de Floyd y otras personas. Los sondeos muestran una amplia preocupación de los ciudadanos por la brutalidad policial.
El decreto anima a los departamentos de policía a emplear los últimos estándares en el uso de la fuerza, mejorar el flujo de información para que los agentes no sean contratados sin saber si tienen malos historiales y sumar a trabajadores sociales en casos no violentos que impliquen drogadicción y ausencia de hogar, dijeron funcionarios.
Trump reiteró que se opone a los llamados a "desfinanciar a la policía", repensando o incluso desmantelando los departamentos policiales.
La Cámara de Representantes, bajo control demócrata, tiene previsto votar a fines de mes una legislación con grandes reformas presentada por el Caucus Negro del Congreso para controlar los excesos policiales. Se espera que los senadores republicanos presenten su propio proyecto el miércoles. (Reuters)